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Experiencias de viaje, montaña y mochila.

Una semana después de la escapada por el País Vasco con O. nos fuimos a la Costa Brava. El plan era dormir tres noches en la playa y conocer partes del Camino de Ronda. Salimos de Barcelona con tan poca organización que en lo imprevisto pasamos dos noches en carpa y una en la casa de un francés que nos levantó con su auto en Figueres. Apareció como si un portal de otra...

Nos despertamos en Getxo. El inglés de la habitación de al lado se fue temprano. Lo escuchamos la noche anterior hablando con la señora de la casa pero nunca lo vimos. Nos levantamos y el lugar seguía mostrándose de diferentes maneras. En el living había libros bien desgastados y eran de todo tipo: tomos de la historia y la etnia vascas mezclados con novelas de Danielle Steel, una colección de enciclopedias, biografías...

Cuando el hombre de la van nos dejó en la estación de buses de Bilbao sentí que Santander había sido algo así como un espejismo perdido en alguna dimensión de mi cabeza. Volvía a estar en la esquina en la que había hecho dedo un poco más de 24 horas atrás. Solo faltaba la cortina de lluvia impalpable.-Vi unos lockers ayer. Podemos dejar las mochilas acá y las buscamos antes de...

Mientras un tren de Barcelona a Blanes o a Sitges te sale entre 6 y 10 euros (2016), viajar en auto compartido puede salirte entre 3 y 5, dependiendo de la anticipación con la que te metas a tu cuenta de Blablacar.Y la alternativa de viaje gratuito se abre la puerta tras dar tres pasos básicos:buscar el spot donde hacer dedo, levantar la mano y esperar a que llegue la...

Cada una de mis salidas dieron a la ciudad un color nuevo. Barcelona se transformaba en Barcelona-según-Floren.Se acercaba el verano y se alargaban los días. Las vueltas que al principio traían algo nuevo en cada esquina -como la vez frente a La Pedrera– se me empezaban a hacer tan familiares como lo cotidiano de tomar leche de almendras.Vivir en Gràcia me dejaba sin excusas: las plazas que a la noche se llenaban...

Con la misma ropa que bajé del avión en Barcelona me fui a conocer las casas colgantes del río Onyar de Girona. Fue mi primer encuentro fuera de un libro o una película con la historia europea. Yo a lo Pocahontas: venía del sur más sur del mundo para caminar por calles que parecían los pasadizos que me imaginaba de chiquita cuando jugaba al Rey Arturo.Las calles del centro te transportan directamente...

En enero llegan las 6 de la tarde sin luz. El frío encapsula el cielo y las calles están vacías. Días de impasse entre mi llegada a Barcelona y mi ocupación del piso me dejaron aterrizar de a poco y, más que nada, conocer la Costa Brava.Blanes fue un puerto. Es la primera ciudad de la Costa Brava, si se toma como referencia la entrada desde Barcelona por la autopista C-32 (cobra peaje, creo que de los...